En Valparaíso nos hemos dedicado a patiperrear, o lo que es
lo mismo, deambular por sus calles, para arriba y para abajo, sin rumbo fijo.
Y es que Valparaíso es el puerto y los cerros, y empinadas calles
que suben hasta el cielo y bajan serpenteando hacia el agua del Pacífico.
Valparaíso es ambiente de puerto, puestos de pescado en la calle, contenedores
y grandes grúas en el horizonte.
Valparaíso es gente que vaga por las calles, viejos
marineros borrachos, jóvenes dibujando en las esquinas, perros pulgosos que se
rascan la espalda contra el suelo.
Valparaíso son viejos ascensores verticales, escondidos
tramos de escaleras, casas de colores, cables que cortan el cielo.
Valparaíso son mensajes en las paredes, grafitis, arte
callejero.
Valparaíso es una ciudad con vida.
Me encanta Valparaíso.
El puerto, el ascensor, el mar... mirador privilegiado desde el cerro
Jaibas que desafían la ley de la gravedad
Choritos, machas, todo en abudancia
Y el rico pescado, cómo no
Para subir o bajar de los cerros se puede tomar el casi vertical ascensor...
o optar por tramos y tramos de escaleras
Para tomar fuerzas y hacer amigos, nada mejor que unas chorrillanas en el J. Cruz
con un ambientazo fantástico
Seguimos andando por el museo al aire libre
donde nos acompañan perros
y jóvenes dibujantes sentados por todas partes...
En el museo, Xavi encuentra sus montañas
Y es que en Valparaíso hay mil rincones
árboles y plantas que salen de las paredes
bancos improvisados
ciertos mensajes sobre la "wea" de la tele
y hasta un museo/blibioteca montado
por del Compañero Yuri
Y por las ventanas, entra "la luz"
de los cables que cortan el cielo mientras anochece.
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