La Araucanía (zona en la que crecen las araucarias, unos árboles autóctonos muy particulares) es un paraíso de montañas, volcanes, bosques y lagos. Nos ha encantado, fascinado, y con gusto nos hubiésemos quedado un buen tiempo más. ¡Madre mía qué paisajes, qué belleza!
Empezamos visitando dos pueblos muy pequeños y absolutamente vacíos de turistas: Panguipulli y Coñaripe. Estamos en temporada baja y eso se nota, sólo había locales. En ambos pueblos caminamos hasta lagos azules idílicos, rodeados del verde de los árboles autóctonos y del amarillo de los álamos importados. En los caminos nos cruzábamos con vacas solitarias, con ovejas y pollos… el único que no nos hizo gracia fue un perro loco que se abalanzó corriendo hacia nosotros. Gracias al oportuno silbido de su ama cuando estaba a punto de devorarnos, no nos hizo nada y salió corriendo tal y como había venido. Nos dio un susto de muerte.
En Coñaripe estuvimos alojados en “La Esperanza de..?”, la casa particular de Mireya y su marido, dos personas bellísimas y muy humildes que compaginan varios trabajos para pagar la universidad a sus dos hijos. Tela lo que vale aquí la educación universitaria para el bajo salario que cobra la mayoría de la población. No sabemos cómo se lo hacen. Bueno sí, trabajando en varias cosas, haciendo horas extras y no permitiéndose ni un pequeño lujo. Como hicieron muchos de nuestros abuelos.
Y ahora llega el destino que nos retendría durante varios días: Pucón. La verdad es que el comodísimo hostal y, sobretodo, la compañía de Daniel (un catalán exiliado desde hace años que trabaja en el proyecto ALMA, el mayor observatorio del mundo situado en el desierto de Atacama) y Mick (un inglés loco por la música, los tatuajes con mensaje y Harry Potter), junto con el increíble paisaje de la zona, han convertido Pucón en un segundo Bolsón, uno de los mejores destinos de nuestro viaje hasta ahora.Xavi ya os contará su épica subida al volcán Villarrica, aventura en la que Mariona hizo bien en no participar (ya veréis por qué), pero aquí os recomendamos fervientemente el estupendo Parque Nacional Huerquehue, con sus maravillosos bosques de araucarias altísimas y los preciosos lagos Chico, Verde y Toro, propios de un paisaje de ensueño. La caminata a los lagos es larguita (unas 6-7 horas ida y vuelta) pero vale tanto la pena, es tan impresionante… Así que ya sabéis, ¡si pasáis por aquí tenéis que calzaros las botas y a disfrutar del entorno!
En el lago de Panguipulli
y en el de Coñaripe
con unas vistas preciosas al atardecer
y el volcán Villarrica a lo lejos
De paseo por los alrededores
por paisajes maravillosos
pero empieza a llover y hay que irse..
Nuestro superhostel en Pucón
Y las vistas al volcán humeante cuando Xavi subía y se jugaba el tipo
Mientras tanto, yo tenía un nuevo amigo Terranova
Llegamos a Huerquehue, donde nos reciben enormes araucarias
y lagos como espejos
y cascadas...
Y vistas maravillosas...
Vaya excursión que nos pegamos con los amigos Mick y Daniel
Paisajes de ensueño
y especies únicas en el mundo...
No nos cansamos de poner fotos...
pero ésta ya es la última por hoy.
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