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12 de febrero de 2012

La primera, en la frente

“No les podemos dejar volar”. Con esta frase nos recibieron en el check-in y empezó el periplo en el aeropuerto de Barcelona. No se nos había ocurrido que para entrar en Brasil sin visado hay un máximo de 3 meses. Nuestra ida/vuelta a Rio tiene siete meses por en medio y no teníamos ningún justificante de viaje a otro país.

Veníamos de haber empalmado después de una copiosa cena familiar, estábamos en horas bajas y nos costó decidirnos, pero, in extremis, compramos un vuelo de tarifa rembolsable de Sao Paolo a Buenos Aires. El tema se solucionó pero la cara de tontos que se nos quedó la saben sólo Alicia y Germán, que se pegaron el gran madrugón y con los que no pudimos tomar ni un café.

Luego, en inmigración de Brasil no nos pidieron nada de nada. Está claro que Brasil no es EEUU, pero habrá que tener más cuidado, que el mundo tiene fronteras.


16 de enero de 2012

Una vez tomada la decisión, todo va rodado

Aunque llevábamos ya tiempo pensando en materializar este proyectoy aunque nos hemos ido preparando para ello, tomar la decisión de dejarlo todo no ha sido fácil. Muchas dudas y demasiadas excusas para no hacerlo: que si qué hacemos con el piso, cómo vamos a dejar el curro con la que está cayendo, y a la vuelta qué...

Pero una vez nos hemos decidido, todo está resultando mucho más fácil: comunicarlo en el trabajo y a la familia y amigos, perfilar el proyecto, decidir la ruta, comprar los billetes, alquilar el piso, … y, finalmente, preparar las mochilas. Después de la decisión, el nerviosismo y las dudas van desapareciendo a medida que lo comunicas en el trabajo y que lo anuncias a amigos y familiares. Cada vez que lo cuentas te estás recordando a ti mismo el porqué lo haces, hasta que llega un momento en que la euforia que te embriaga
te señala que estás a punto de emprender algo muy grande. Luego compras los billetes y …… ¡¡¡subidón, subidón!!!! La locomotora que has puesto en marcha, ya no han quien la pare, ¡sólo tú la conduces! Ahora ya, un poco más reposados, tenemos la sensación, muy bien descrita por nuestra amiga Margot Pascual, de que “una vez tomada la decisión, todo va rodado”.

Así que ahora pasamos nuestro tiempo libre zambullidos en lecturas varias, preparando el proyecto tanto personal como profesional que nos aguarda y dedicando el poco tiempo que nos queda a la familia y a los buenos amigos. Gracias a todos por vuestras muestras de cariño y apoyo. Os echaremos de menos en esta aventura, pero aunque en momentos sentiremos morriña, estamos seguros de nuestra decisión y felizmente convencidos de estar haciendo lo que tenemos que hacer.