16 de enero de 2012

Una vez tomada la decisión, todo va rodado

Aunque llevábamos ya tiempo pensando en materializar este proyectoy aunque nos hemos ido preparando para ello, tomar la decisión de dejarlo todo no ha sido fácil. Muchas dudas y demasiadas excusas para no hacerlo: que si qué hacemos con el piso, cómo vamos a dejar el curro con la que está cayendo, y a la vuelta qué...

Pero una vez nos hemos decidido, todo está resultando mucho más fácil: comunicarlo en el trabajo y a la familia y amigos, perfilar el proyecto, decidir la ruta, comprar los billetes, alquilar el piso, … y, finalmente, preparar las mochilas. Después de la decisión, el nerviosismo y las dudas van desapareciendo a medida que lo comunicas en el trabajo y que lo anuncias a amigos y familiares. Cada vez que lo cuentas te estás recordando a ti mismo el porqué lo haces, hasta que llega un momento en que la euforia que te embriaga
te señala que estás a punto de emprender algo muy grande. Luego compras los billetes y …… ¡¡¡subidón, subidón!!!! La locomotora que has puesto en marcha, ya no han quien la pare, ¡sólo tú la conduces! Ahora ya, un poco más reposados, tenemos la sensación, muy bien descrita por nuestra amiga Margot Pascual, de que “una vez tomada la decisión, todo va rodado”.

Así que ahora pasamos nuestro tiempo libre zambullidos en lecturas varias, preparando el proyecto tanto personal como profesional que nos aguarda y dedicando el poco tiempo que nos queda a la familia y a los buenos amigos. Gracias a todos por vuestras muestras de cariño y apoyo. Os echaremos de menos en esta aventura, pero aunque en momentos sentiremos morriña, estamos seguros de nuestra decisión y felizmente convencidos de estar haciendo lo que tenemos que hacer.

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