Llegamos a Rio de Janeiro y caía un aguacero. Desde el medio del avión, no pudimos ver las sensacionales vistas sobre la cuidad, pero después de un día por la ciudad podemos afirmarlo: Rio es un lugar único y especial, un “locus” como diría José Ángel.
En Rio la ciudad se adapta a una naturaleza exuberante y caprichosa, que incluye picos, montículos, playas e islas, la mayoría de formas muy extrañas. El verde tropical se funde con los edificios, todo en una singular armonía. Huele a mar e incluso a naturaleza en medio del asfalto.
La gente es tranquila y afable, y el ritmo al hablar es más lento que allá. Pero la ciudad es muy dinámica, los bares están llenos, la gente hace deporte en la playa y por las calles. Parece que aquí se vive bien.
Esta cuidad tiene ritmo, magia, belleza, ya intentaremos ir describiéndolo mejor en los próximos días.
Vista de Rio desde el Pan de Azúcar
Islas entre niebla
El famoso Pan de Azúcar
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