9 de mayo de 2012

Tucumán, Tafí, Cafayate, Quilmes… Entramos en el inmenso norte argentino

Estamos en el norte de Argentina, y esto ya parece otro país. Las alturas, por encima de los 2.000 metros, empiezan a ser serias; la población indígena es mucho más numerosa, la cultura popular y la música folclórica se viven en “las peñas”, donde además de turistas abundan los lugareños amantes del folclore.

Los poemas y las canciones hablan de la luna, la fiesta, la música, el vino y los duendes. Suena el “Cóndor pasa” y otras muchas canciones con instrumentos andinos. La fiesta es sagrada, las noches largas, y el ritmo durante el día bastante pausado. Con la altura, no se puede ni se debe correr más.

Estos primeros días en el norte nos hemos juntado cuatro catalanes formando una especie de clan català. En un bus de Tucumán a Tafí del Valle, un pueblo precioso de colinas verdes, encontramos a Guillem, un chico de Sabadell que Xavi conocía de jugar a fútbol en el Club de Natació, mientras que al día siguiente, en otro pueblo, Santa María, nos encontramos con Marc, un chico de Berga que vive en Girona.

Con el clan català al completo visitamos las ruinas de la Ciudad Sagrada de los Quilmes, donde estos indígenas resistieron durante 130 años las invasiones españolas. Después de esta gesta, fueron castigados con dureza y a la mayoría de la población se la obligó a ir andando hasta el sur de la provincia de Buenos Aires, actualmente la localidad de Quilmes.  Una historia tremenda y unas ruinas asombrosas que hasta hace poco eran privadas y que la comunidad ha podido recuperar para mostrar su pasado y su historia.

De allí, Walter, un chico argentino que se atrevió a subir a su furgoneta a cuatro mochileros y sus ocho mochilas, nos llevó a Cafayate y esa misma noche ya nos hizo un asado. Los argentinos, tanto lugareños como turistas, siguen mostrando su generosidad, su entusiasmo y sus ganas de hablar y compartir a cada paso que damos. Y cómo no, siempre están dispuestos a preparar un rico asado.

Al día siguiente “els catalans” nos dedicamos a recorrer el agradable pueblo, a probar algún vino local y a visitar una fábrica de queso de cabra, donde además de aprender mucho sobre estos animalitos, probamos los mejores quesos de América del Sur (hasta ahora). No es de extrañar, pues a las cabras las ordeñan con Mozart de música de fondo.

Por la tarde, visitamos en un tour la Quebrada de las Conchas, un lugar árido y precioso donde la naturaleza ha dispuesto unas montañas con formas alucinantes. En ellas domina el color rojo, pero los distintos minerales que afloran en la superficie, como el cobalto, el óxido de cobre o el zinc, crean una variadísima gama de colores.

El lugar, por suerte, ahora está protegido. Hace 50 años, en él se encontraba una mina que cerraron por cuestiones animalistas. Todos los minerales que extraían los transportaban hasta el tren más cercano, a unos 50 kilómetros, a lomos de llamas, vicuñas y burros. Tales eran las condiciones de vida de estas bestias,  que de los animales que salían de la mina cada día, a destino sólo llegaba viva la mitad. Motivo más que suficiente para cerrarla.

Al día siguiente hicimos parte de una excursión a unas cataratas (que luego nos enteramos eran bastante ridículas), a la cual se apuntaron una argentina y una francesa, Contance. En medio del camino, y después de que Mariona metiera los pies en un río que había que saltar, nos despedimos de nuestros amigos. A nosotros y a Constance nos esperaba un bus hacia la ciudad de Salta, nuestro próximo destino.

Tucumán







Iruya






Ciudad Sagrada de los Quilmes





Al rico asado con Walter, Marc y Guillem



 Cafayate y la Quebrada de las Conchas





































Caminata a las cascadas





2 comentarios:

  1. Llegint el bloc veig que estic a punt de seguir altra vegada els vostres passos i, a més, torno a repetir-me que el món és un mocador: en Marc (que no conec massa personalment) estudiava a la mateixa facultat que jo, amb la meva antiga companya de casa... de fet ella un dia em va fer broma dient-me que encara me'l trobaria : )
    Espero que estigueu bé i us aniré seguint!!

    Núria

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  2. Hola reina,

    Perfecte que segueixis els nostres passos pel nord d'Argentina perquè a nosaltres ens ha fascinat: Cafayate, Purmamarca i Iruya s'emporten la palma, així que no te'ls perdis! I què fort lo del Marc! Doncs igual te'l trobes perquè ell està anant més amb la calma i encara deu ser-hi per allà...

    Ah, i no deixis d'anar a La Monumental (el bar, no el restaurant) per compartir un filet de churrasco entre 2 persones. És la carn més brutal que hem probat mai i el filet val 65 pesos (33 per persona). S'ho val!

    Nosaltres també et continuarem seguint...

    Una abraçada ben forta de part dels dos!

    X i M

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