El tour, que sale desde San Pedro de Atacama, nos llevó en
4x4 por paisajes altiplánicos entre cumbres nevadas. Así, fuimos conociendo
lagunas de diferentes colores, géiseres, aguas termales, desiertos de piedras
volcánicas como el denominado “Desierto de Salvador Dalí” o el “Valle de las
Piedras”, algún que otro pueblito aislado del mundo, y vicuñas y flamencos, que
por lo visto son de los pocos animales que pueden aguantar esta altura y estas temperaturas.
El lugar que más nos impresionó fue la Laguna Colorada, teñida
de rojo intenso gracias a un tipo de algas y plagada de flamencos. Allí
dormimos la primera noche a 4.300 metros de altura en un hospedaje muy básico,
sin ducha ni nada. Eso sí, la cocinera nos hizo una cena estupenda a base de
patata y salchicha. Las cocineras de estos lugares realizan un trabajo
durísimo, ya que deben lavar, con agua congelada, tanto la ropa de cama como la
vajilla para las cenas y desayunos de los viajeros.
Después de dos días de viaje aderezados con una banda
sonora de cumbias y alguna otra canción de Bisbal llegamos al salar de Uyuni el
tercer día por la mañana. Aunque no pudimos cruzarlo del todo porque una parte
sigue inundada después de la estación de lluvias, nos adentramos en él para
rodearnos de sal. La visión de esta superficie blanca, cristalizada y
totalmente plana, que lo abarca todo hasta el horizonte, es alucinante.
Después de hacer miles de fotos jugando con los engaños de
la perspectiva y de comer sobre la inmensa mesa de sal, pasamos la tarde en el
pueblo de Uyuni, y así empezamos a percibir las especificidades de Bolivia:
mucha gente en la calle, venta callejera, mujeres de largas trenzas negras con
falditas plisadas y sombreros cordobeses o bombines. Entrábamos de lleno en
Bolivia y comenzaba el espectáculo.
El Licancabur y el Jurisque, antes de pasar al lado boliviano
Nuestro todoterreno, pilotado por el infalible Wilson
En la laguna blanca, con las orillas heladas
Para entrar en calor, nada mejor que el agua termal
En los géiseres del lado boliviano
Los flamencos se ponen las botas...
...en la maravillosa Laguna Colorada
Estoicos resisten las gélidas temperaturas
y pasean como si nada en busca de comida
Se pone el sol
y toca cenar sopa caliente y papas con salchicha
Al día siguiente, visitamos el árbol de piedra
y varias lagunas más
en las que vuelan los flamencos
y Xavi se dedica a emular a los fotógrafos del National Geographic
mientras Mariona medita
La Laguna Hedionda, donde el arsénico todo lo mata, también está helada
Wilson nos lleva a una nueva laguna que no estaba en el tour, la Laguna Negra
Llegamos a Villa Alota, un pueblo ganadero, y allí pasamos la noche
Ya en Uyuni, visitamos el antiguo cementerio de trenes
donde se necesitarían miles de mecánicos con experiencia
Y un poco más allá, el salar de Uyuni
donde hay miles de posibilidades de fotos..
Con un poco de imaginación...
y una buena preparación
salen imágenes divertidas
incluso mágicas
¡Qué bien nos lo pasamos!
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