Dicen que los 500 kilómetros que separan Junín de los Andes, al norte, de Esquel, al sur, son los más bonitos de Argentina. Allí se encuentran pueblos famosos como San Martín de los Andes o ciudades como Bariloche, también rodeada de montañas. Nosotros decidimos concentrarnos en un lugar y elegimos El Bolsón, menos pijo y más pequeño, y aunque no hemos estado en los otros sitios, por lo que comenta la gente, tenemos la sensación de haber acertado de pleno.
El Bolsón nos ha entusiasmado. Desde allí hemos subido, atravesando el Bosque Tallado, hasta el refugio y mirador del Piltriquitrón, con una vista fabulosa sobre el valle del pueblo y la cordillera de los Andes. Nos hemos bañado en las aguas heladas del Lago Puelo y hemos recogido setas, zarzamoras y manzanas en los alrededores del pueblo con Claudio, el propietario de nuestro hostal.
Nos ha sorprendido que en la zona proliferan la rosa mosqueta y el pino, dos especies que son importadas y que han constituido una auténtica plaga por estos parajes. Aunque hacen bonito el paisaje, han tenido un impacto muy fuerte sobre la flora local. Lo mismo ha pasado con la trucha, muy apreciada por estos confines pero importada de Europa, y que como toda especie nueva ha causado estragos en el ecosistema fluvial.
También hemos hecho una caminata de 24 kilómetros al Cajón del Río Azul, pasando por bosques de árboles altísimos propios de los ewoks y por refugios junto al río en los que hacen pan y cerveza artesanal y te reciben como a un amigo.
A todo esto hay que añadirle que hemos tenido la suerte de conocer a gente muy maja, como Susanne, una chica suiza con la que compartimos cenas, risas y la excursión al Piltri, o Andrea y Michael, una pareja de alemanes que están recorriendo América del Sur en moto y que han dejado a sus hijos veinteañeros en casa, tomándose un año sabático después de haberlos criado. Claudio y Vale, los propietarios del hostal, y sus hijos Nico y Agustina, nos han hecho sentir en todo momento como en casa. Así que, teniendo en cuenta la belleza del lugar y lo bien que hemos estado, El Bolsón está entre los números 1 del viaje. ¡Volveremos y no nos cansaremos de recomendarlo!
El río serpentea por el valle en El Bolsón
Bañito en las refrescantes aguas del lago Puelo
Resistiendónos a guardar los bañadores
El Bosque Tallado: un ejemplo de revalorización de una área quemada, donde diferentes artistas, la mayoría locales, han realizado sus obras
Disfrutando de las vistas desde el refugio Piltriquitrón
Admirando la cordillera de los Andes
¡Un gustazo estar aquí arriba!
En el lago Epuyén
Con Claudio, comiendo trufas y alfajores en la casita de Hansel y Gretel
Cogiendo manzanitas de Blancanieves de los árboles
Las vacas acuden depués de haber sacudido el manzano
Ya llegó la hora de la zarzamora...
Hacia el Cajón del Azul, pasando por un par de puentes hechos polvo
En el bosque de los ewoks
Dando ánimos: Ya queda poco...
El cristalino Río Azul
Lástima no llevar el bañador... aunque ésta está fría de verdad
Haciendo amigos en el prado
Volviendo para casa
Andrea y Michael, con su "Poderosa"
Ostres, és increïblement bonic!! Ja em passareu direccions d'albergs i demés. Una abrassada des de El Calafate!
ResponderEliminarPerdó per la falta, no hi ha la nostra estimadíssima c trencada en aquest teclat ;)
Núria
Ei Núria, que estem a El Calafate!!!! A quin hostel pares??? Nosaltres estem a El Glaciar. Ostres, per què no vens a sopar amb nosaltres a casa? Jo ara vaig a comprar uns bitellets per anar a Puesto Natales a l'estació i després soparem pasta i chorizo argentino! Muaks!
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