Nuestra visita a Uruguay ha acabado con un par de días en Colonia del Sacramento, un pueblo de tipo colonial con un centro histórico adoquinado, muy reducido pero muy bonito, con casas antiguas, callejuelas, plazas y árboles enormes. El lugar es un remanso de paz que sirve de lugar de descompresión a muchos bonaerenses, que sólo con cruzar el anchísimo Río de la Plata están en otro planeta.
Durante los casi dos días que hemos estado en Colonia nos hemos dedicado al paseo y al disfrute gastronómico. Los chicos de uno de los hostels en los que estuvimos nos hicieron un buen asado compartido con gente de Chile, Brasil, Suiza, Londres y Madrid.
On estem?
Por culpa de Roger Waters, el de Pink Floyd, que parece que está rompiendo la pana con sus nueve recitales en Buenos Aires, tuvimos que comprar un pasaje de primera clase para cruzar el río en buque-bus, así que a las 11 de la mañana, dos mochileros dejamos Uruguay y llegamos a Buenos Aires bebiendo unas copitas de champagne.
No hay comentarios:
Publicar un comentario